Si quieres que en tu hogar se respire la paz y la armonía y necesitas vivir en ambientes serenos, lo tuyo es la decoración zen. Un estilo de interiorismo inspirado en la filosofía budista que tiene como objetivo la búsqueda del bienestar. Pero, ¿sabes cómo conseguir este estado de equilibrio en tu casa? Y, lo que también es importante, ¿sabes cómo lograrlo a cualquier presupuesto?
No hace falta declararse budista convencido para desear que nuestra casa sea un remanso de paz y sosiego. Todos queremos sentirnos bien en el que, al fin y al cabo, es nuestro refugio. Sin embargo, hay quienes persiguen un ambiente especialmente equilibrado y natural. Si tú eres uno de ellos, la decoración zen puede ser tu estilo de referencia.
El objetivo del interiorismo zen es el de crear espacios tranquilos e inspiradores, en los que la armonía sea la nota dominante. En ellos no tienen cabida el caos, el estrés ni la distorsión. La sencillez y el orden son los pilares sobre los que se asienta la casa zen, con espacios únicos, relajados y decorados con líneas puras.
¿Quieres que tu casa sea así? Descubre todas las claves para lograrlo, y no te preocupes del presupuesto disponible. Hay opciones para todos los bolsillos.
1. Simplifica: conserva lo esencial y deshazte de lo superfluo
Simplificar es la primera consigna que debes tener en mente para crear un espacio decorado en modo zen. En este estilo, lo superfluo no tiene lugar, ni tampoco lo accesorio. Comienza por deshacerte sin miedo de lo que sobra, para dejar lugar a lo importante.
De esta manera te resultará mucho más fácil crear espacios abiertos, visualmente limpios y ordenados, sin cosas que estorben. Es mejor tener pocos elementos que cumplan su función, que nos resulten útiles y nos gusten, que muchas cosas que no utilizamos y que ni siquiera nos parecen especiales.
2. Elige materiales naturales para muebles y superficies
Elegir materiales naturales siempre que sea posible es otra de las claves para conseguir una decoración zen en casa. Este estilo ama lo natural por encima de todas las cosas: madera, piedra, fibras orgánicas, etc. Por eso conviene apostar por materiales de este tipo para las superficies, para los muebles y complementos. Además de bellos, son más respetuosos con el medio ambiente, algo muy valorado en esta filosofía. Si seguimos esta pauta lograremos objetos y superficies de gran belleza, así como texturas suaves y agradables.
3. Utiliza colores neutros, suaves y luminosos
Uno de los recursos a nuestro alcance para conseguir un ambiente armonioso al más puro estilo zen es utilizar una paleta de colores neutros que no distorsionen y aporten serenidad. En este sentido, van bien los colores claros y luminosos, como el blanco puro, los beiges, los grises claros y los tonos tierra, tan conectados a la naturaleza.
Es buena idea elegir pocos colores a la hora de decorar un ambiente. Bastará con tomar como base dos tonos e introducir un tercero en ciertos toques que añadan dinamismo a la composición. El color verde es muy adecuado, ya que también está muy relacionado con la naturaleza y el mundo vegetal.
En cuanto al tipo de pintura, todo depende del presupuesto. Si queremos invertir un poco más podemos optar por una pintura de última generación, como las fotocatalíticas. A través de un proceso químico denominado fotocatálisis, esta pintura es capaz de purificar el aire de tu casa, eliminando malos olores, virus, bacterias y otras sustancias nocivas para la salud. Así te ayuda a conseguir ese bienestar en tu hogar que busca la filosofía zen. Además, por sus característica y composición, es un producto respetuoso con el ecosistema.
4. Apuesta por muebles de líneas puras
Si la sencillez es el punto de partida al comenzar a decorar un espacio zen, lo es igualmente al elegir los muebles y complementos. Por eso conviene decidirse por diseños simples, de líneas rectas. Así resaltaremos la belleza de lo esencial, huyendo de lo recargado que resulta mucho más complicado.
En este sentido, triunfan los muebles lineales, un poco al estilo de los interiores minimalistas, pero que resulten cálidos y acogedores. Como esquema inicial podemos partir de la búsqueda de la simetría, ya que es un buen patrón para estructurar un ambiente de forma ordenada. Y también hemos de incorporar pocos objetos decorativos.
¿Quieres conseguir un salón zen? Apuesta por muebles sencillos de madera natural.
5. Añade el toque natural con plantas
Son frescas, naturales y aportan un toque vegetal muy especial. Decorar los interiores con plantas es una forma genial de conectar nuestra casa con la naturaleza.
Las plantas son muy apreciadas en la decoración zen, que tanto ama lo natural. Resultan acogedoras y ayudan a equilibrar los ambientes, oxigenándolos y refrescándolos.
Para lograr el mejor resultado, cultiva en casa plantas naturales que te gusten y sean resistentes. O también puedes optar por un jardín vertical de interior. Sea como esa no te resistas a poner una nota verde en tu casa y disfrútala.
6. Opta por luces suaves e indirectas
La iluminación es uno de nuestros aliados a la hora de lograr ambientes zen cálidos y acogedores. En primer lugar es importante tratar de potenciar al máximo la luz natural. Los espacios luminosos transmiten una sensación de mayor amplitud. Además, son más limpios visualmente y más serenos.
Y por la noche utilizaremos una iluminación artificial suave y acogedora, no demasiado brillante. Lo conseguiremos mediante luces indirectas y lámparas bajas, que irradien una luminosidad sutil. Además de lámparas decorativas de diseño simple y líneas rectas, podemos utilizar tiras de led ocultas que aporten una luz muy tenue a los espacios.
Hay muchas opciones por las que puedes decidirte.
7. Introduce elementos con agua en el jardín
Si cuentas con un jardín en casa puedes decorarlo al estilo zen y tendrás el rincón perfecto para el relax y la contemplación. Estos pequeños espacios al aire libre trasladan al exterior los mismos principios que dominan en los interiores: calma, armonía, serenidad…
¿Cómo conseguir esto mediante el paisajismo de tu jardín? Apostando por espacios sencillos, poco recargados. Opta por poner las plantas justas, ni pocas ni demasiadas. Y elige especies que se adapten bien al entorno: estarán más sanas, fuertes y bonitas.
Incorpora elementos propios del estilo zen como piedras, grava o elementos de madera o metal. También es interesante añadir un detalle de agua. Puede ser un pequeño estanque, una cascada o una pequeña fuente. El murmullo del agua será el componente sonoro perfecto para tu jardín.
Fuente: Fixr
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