¿Pueden los diferentes aromas curar todas las enfermedades, o la aromaterapia es simplemente una exageración publicitaria? Parece ser que la aromaterapia realmente tiene un efecto beneficioso en algunas dolencias. ¿Quieres saber más?
Para el cuerpo y la mente
En la actualidad la aromaterapia es una medicina complementaria ampliamente practicada, que utiliza aceites esenciales de plantas aromáticas, flores, hojas, semillas, cortezas y frutas para ayudar a curar. Los aceites esenciales se extraen normalmente mediante un proceso de destilación al vapor y suelen usarse:
- Holísticamente, donde los aceites se usan (frecuentemente con masaje) para tratar trastornos emocionales y físicos.
- Clínicamente, usados en combinación con los tratamientos de la medicina oficial.
- Estéticamente, donde quizá esté su uso más extendido, en el que los aceites se utilizan en quemadores o difusores en casa o se añaden a los baños.
¿Cómo funciona?
La aromaterapia actúa sobre nuestro sentido del olfato y mediante la absorción al torrente sanguíneo. Aproximadamente el 15 por ciento del aire que inhalamos se dirige al techo de la nariz, donde los receptores olfatorios transportan los olores directamente a una parte del cerebro llamada sistema límbico.
"Se cree que las antiguas civilizaciones usaban la aromaterapia de muchas maneras y por muchas razones como, por ejemplo, en el masaje, los baños, como medicina e incluso para embalsamar cuerpos".
Este área está conectada con el instinto, el humor y la emoción y se cree que la aromaterapia puede estimular la liberación de sustancias químicas que juegan un papel en la liberación de emociones (piensa como incluso el simple olor a cera de suelo puede hacerte volver rápidamente a la época de las aulas).
¿Cuál es la historia de la aromaterapia?
Se cree que las antiguas civilizaciones usaban la "aromaterapia" de muchas maneras y por muchas razones como por ejemplo en el masaje, los baños, como medicina e incluso para embalsamar cuerpos. Probablemente el concepto se usó originariamente y al mismo tiempo en China, Egipto, el Oriente Medio y por los Nativos Americanos, siendo después introducido en Europa por los Romanos.
La práctica de la aromaterapia moderna se atribuyó principalmente al químico francés René-Maurice Gattefossé. Él inició la investigación de los poderes curativos de los aceites esenciales en el primer cuarto de siglo después de observar cómo el aceite de lavanda parecía ayudar en la curación de una quemadura severa que tenía en una mano.
También publicó en 1937 el primer tratado en la materia: "La aromaterapia de Gattefossé", publicación aún hoy disponible. La palabra aromaterapia proviene del griego, de las palabras "aroma" que significa fragancia u olor agradable y "therapeia" que significa curación.
¿Puede usarse realmente la aromaterapia para curar enfermedades?
La aromaterapia parece tener su efecto más beneficioso en las dolencias menores, problemas digestivos, síndrome premenstrual, enfermedades relacionadas con el estrés y algunos problemas de piel. Algunos aceites esenciales como el aceite del árbol de té se utilizan ampliamente por sus propiedades antisépticas.
Es extremadamente improbable que la aromaterapia cure enfermedades más importantes, por lo que no recomendamos que se utilice en estos casos en sustitución de la medicina convencional. Sin embargo, puede usarse para aliviar el estrés psicológico experimentado por las personas que sufren de una patología grave.
Aceites esenciales comunes y sus usos
Para su uso en casa, puedes utilizar aceites esenciales en difusores de anillos de lámpara (o eléctricos), en el baño, o combinado con un aceite de vehículo para masaje. Sigue las indicaciones del fabricante. Dependiendo de cual sea el efecto que deseas obtener, estos son los usos más frecuentes de los aceites esenciales populares:
Relajantes: lavanda (también antiséptico), manzanilla, jazmín, incienso y mirra (ambos pueden irritar si se aplican en la piel o se usan en el baño), nerolí, naranja, mandarina, ylang-ylang (la inhalación excesiva puede causar dolores de cabeza).
Revitalizantes: limón (puede irritar la piel, especialmente cuando se expone al sol), semilla de pomelo, canela, enebro (también tiene propiedades antisépticas), vainilla, geranio, romero.
Estimulantes: menta y eucalipto (ambos actúan como descongestionantes al inhalarse, pero pueden irritar la piel, así que tengan cuidado). Otros aceites, como el aceite de árbol de té, son famosos por sus propiedades antisépticas.
Un consejo: sigue siempre las indicaciones del fabricante.
Redactado por: www.sanitas.es bajo la supervisión médica del Dr. Ignacio Orive.
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